Vale… empezamos? Venga…
Después de unos meses correteando por ahí me he dictado unas cuantas reglas que me ayudan a hacer las cosas bien y a conseguir buenos resultados. Estas cuatro reglas de oro son muy importante si estás partiendo desde las profundidades de la preparación física:
Primera Regla de Oro: “No lo dejes para luego, no hay escusas”
Si tienes ocasión de entrenar hazlo ya! No lo dejes para luego, no hagas pereza. Sí, seguramente se está mejor sin hacer nada y tienes mil escusas para no salir pero cógelas todas… haz un paquete con ellas y te las… (completa la frase según tus gustos)
La pereza es tu peor enemigo. Si quieres resultados es necesario que seas constante. Si no… saldrás un día te morirás de dolores cuando te enfríes y no volverás a salir hasta una semana después (si es que sales) y volverás a tener dolores y ninguna satisfacción.
No lo dejes para luego, tengas ganas o no.. sal. Como leí en algún sitio “Recuerda que casi siempre te sientes mejor después de correr que antes de hacerlo“. En multitud de ocasiones saldrás sin ganas y cuando entres en calor harás un buen entrenamiento.
Segunda Regla de Oro: “Nunca suspendas un entrenamiento que has empezado”
Esta regla es super super importante. Cuando salgas fijate un mínimo: un tiempo, una distancia… lo que sea. Nunca pares el entrenamiento hasta conseguir ese mínimo. No importa que ese mínimo sea correr 5 minutos, da igual, no suspendas el entrenamiento si ha empezado.
Es super importante que vayas trabajando un valor que es fundamental “la capacidad de sacrificio“. Lo que hará que obtengas mejores resultados es ser capaz de continuar cuando tu cuerpo te pide parar. Al principio puede que cualquier esfuerzo vaya a ser enorme, puede que te vayas a agotar, seguramente te duelan las piernas, la espalda, los tobillos, vas a echar los pulmones… da igual. Aguanta.
Piensa que estás sacando a tu cuerpo del letargo y para que tu cuerpo empiece a cambiar cosas por dentro tiene que recibir un fuerte estímulo, si paras el estimulo antes de tiempo no conseguirás los mismo resultados. Y lo más importante: educa a tu mente… tú mandas. No se para hasta que tú lo digas.
No pares si crees que no puedes seguir, no pares si llueve, no pares si hace calor, no pares si te duele, no pares…
OJO! esta regla, como todas, tiene su excepción: hacemos esto para cuidarnos, no pongas en riesgo tu salud. Hay un límite que aprenderás a distinguir entre esforzarse y dañarse. Podrás distinguir cuando duele o cuesta porque tiene que ser así y cuando duele o cuesta porque te estás lesionando o tienes riesgo de lesionarte.
Pero no te preocupes, vamos a ir paso a paso y lo haremos de forma que no haya riesgos, tú de momento fija en tu mente esta regla tal cual te la he explicado, luego ya iremos matizando.
Tercer Regla de Oro: “La regla de los 22 minutos”
Esto parece una tontería pero no lo es, por lo menos no para mi. En cuanto te veas medianamente capaz entrena un mínimo de 22 minutos. Ponte ese límite mínimo.
Te preguntarás por qué 22 minutos… pues tiene un sentido. En la mayoría de los casos (esto lo vas a comprobar tú mismo) el cuerpo necesita unos 20 minutos para carburar en condiciones. Necesita tiempo para calentarse, para estirarse, para que todo se ponga en su sitio (no voy a entrar en detalles ahora) Es como si tu cuerpo fuera una locomotora de carbón, puede ir muy rápido y muy lejos pero necesita tiempo. No tienes un motor eléctrico listo para rendir con pulsar un botón, tienes un motor al que hay que ir echando carbón, que el carbón se vaya quemando, la maquina vaya cogiendo tono…
Es muy curioso como muchos entrenamiento que empiezan siendo costosos mejoran a partir del minuto 20. Muy seguramente si aguantas los primeros 20 verás como puedes continuar con el tiempo con menos esfuerzo que los 20 primeros.
Por lo tanto, aunque durante el entrenamiento tengas que parar a andar en algún momento porque no puedas más, recupera y vuelve a correr al ritmo que puedas pero aguanta esos 22 minutos. Si llegado ahi quieres parar… hazlo, te lo has ganado (de momento)
Para los más tiquismiquis: quién dice 22 dice 21 o 19… cada cuerpo entra en “calor” antes o después. Yo estimo 20 minutos de media más dos minutos rodando ya caliente. Cada uno que busque su umbral de calentamiento pero para ti que empiezas quédate con la idea de los 22.
Cuarta Regla de Oro: “Correr no es sólo Correr”
Si venga… me explico. Correr en condiciones no consiste en ponerte las deportivas, abrir la puerta de la calle y echar a correr como un gamo. Hay tres fases (como poco) que debes respetar como si fueran tu ley:
1) Calentamiento y estiramiento suave: como hemos dicho el cuerpo necesita un tiempo para calentarse y ponerse en marcha. Es necesario que antes de hacer tu entrenamiento dediques un rato a calentar y a estirar suavemente los músculos. Esto hará que tengas menos riesgos de lesión y mejorará tu entrenamiento.
2) Entrenamiento: corre chic@, corre… fijate una meta y ve a por ella, tiempos, distancias, etc ya veremos esto más adelante, ahora se trata simplemente de correr (es mentira, se trata de muchas más cosas pero de momento creetelo como te lo digo)
3) Enfriamiento y estiramiento: cuando acabes de entrenar no te tumbes en el sillón a buscarte los pulmones y otros órganos que creas haber perdido. Date un tiempo para enfriar el cuerpo gradualmente y aprovecha para hacer estriamientos intensos. En este momento el cuerpo está caliente y podrás llevar a los músculos a un nivel de estiramiento ideal. Los estiramiento son vitales para muchas cosas, ya te lo contaré.
Esto es todo por el momento…